viernes, 17 de octubre de 2008

Alergia


Pasa ligera la maldita primavera... y sí que pase, que se vaya! Chao porfa, es que para mí ésta estación se ha convertido en el más grande dolor de cabeza del año. Partiendo por el cercano fin académico (y la barsa se queja), me baja el remordimiento que no se asomó en los 6 meses anteriores, y no sé por donde empezar a organizar, los cuadernos se repletan de manera mágica, y no entiendo qué hacía en clases mientras el común de los mortales copiaba. Noches en vela productivas y una cara que da pena hasta diciembre.
El bendito polen, que tiene cara de los gérmenes de lisoform, y con una risa sarcástica se mete en cuanto orificio facial tenga descubierto ( no es raro verme con lentes de sol y manos en la nariz/boca), con el dolor de mi alma salgo de la casa lo menos posible. El olor de esos árboles? No sé como se llaman, realmente son vomitantes, me acuerdo que el camino del colegio al centro estaba plagado de ellos, y yo jugaba a contar cuánto aguantaba sin respirar.
Pero por sobre todo (y ahora viene la parte sabroza de la historia), estoy casi segura que el amor + primavera + catalina no son un buen mix. Hay algo bastante extraño en ésto, la tv, la radio, la gente se empeña en resfregárme en la cara lo hermoso que es estar enamorado en ésta época, y con éste paisaje paradisíaco, caminar por la playa de la mano es casi digno de llanto, reconozco... sí por éste medio escrito, que siempre he soñado con encontrar a mi better half en ésta estación, no por una necesidad agónica de sentirme acompañada, regaloneada, amada, sino por el bien de mi entorno, porque me convierto en gargamell, odiando el amor y maldiciendo a las parejas que se pasean casi con suqué frente mío, ésto es hasta que la gente deja de prestarme atención y vuelvo a ser la misma de siempre, o hasta que llega el verano (porque de todas maneras es mi estación). Viéndolo de una forma bien objetiva, y aprovechando que no estoy bajo ningún síndrome hormonal, lunar, sentimental; es lo más lógico que mi vida no sea dulce ni rosa (amorosamente hablando) en éstas fechas. Partiendo por el poco tiempo que tengo (y que gracias al paro, se extiende hasta diciembre), que mi cabeza esté en otro lado y que el leassing reemplaze al sexo opuesto de lunes a lunes. Mi reacción poco sana para con la naturaleza, mi claustro autoimpuesto y lo desagradable que es para cualquier tipo, salir con una galla que anda arrancando del polen, o en su defecto, estornudando y tosiendo.
Agregando a ésto la frase de éste año " en éste momento no tendría ningún tipo de relación más alla de amistad con ninguno de los hombres que conozco", por favor dejemos en claro que es "en éste momento".
Por mientras, seguiré tosiendo, empezaré a desvelarme con cálculo, y esperaré (con rallado de pared a lo recluso incluido) el 21 de diciembre.

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